(...) We exchanged our least favorite word, mine ‘moist’,
and yours ‘almost’. And when I asked you why, you said it was because
‘almost’ hailed failed potential, that it represented our ability to be
just not good enough, that we had come to the brink of something
beautiful… but fell short so many times we crafted a word for it. (...)
(...) Words can only help you if you speak them. I never told you that I loved you. You never told me you were dying. (...)
Nunca me
sentí tan airosa como el primer día en que me llamaste “precoz”.
Nunca le
he tenido miedo a grandes palabras, sólo a aquellas a las que todos nos negamos
a usar, y las sílabas ásperas de tu lengua cuando dijiste “Cariño, me
enganché”.
El lenguaje
se convirtió en nuestro puente de comunicación, y sé que todos usan el lenguaje
para comunicarse, pero el nuestro era diferente. Como si entre las sílabas y
las letras hubiera un mensaje secreto que sólo nosotros podríamos descifrar.
Mis días
estaban llenos con el sonido de tu voz y tus noches más ligeras con las ondas
de mi escritura.
Intercambiamos
nuestras palabras favoritas, la mía “iluminado” y la tuya “desalineado”. Y las menos
favoritas, la mía “húmedo” la tuya “casi”. Y cuando te pregunté el por qué,
dijiste que era porque “Casi” es un fallo potencial, que representa nuestra
habilidad de ser simplemente “no lo suficientemente buenos”, que era llegar a el
inicio de algo hermoso pero que se ha roto, que no se ha logrado tantas veces,
que creamos una palabra para eso.
Pero
incluso nosotros, con el soporte de nuestra maestría en lenguaje, no éramos
inmunes ante lo corto de nuestro vocabulario. Las palabras sólo te pueden
ayudar si las hablas. Yo nunca te dije que te amaba... tú nunca me dijiste que
estabas muriendo. Cinco palabras sencillas que hubieran cambiado nuestro mundo:
“Yo te amo, eso creo”... “Tengo un tumor cerebral maligno”.
¿Sabes?
Aun en estos días no sé todos los detalles, porque los términos médicos no
caben bien en mi boca e incluso ahora, cinco años después se siente como una
invasión a tu privacidad.
Pero yo
sí sé que he limpiado nuestras conversaciones, buscando el mensaje secreto que ciertamente
trataste de enviarme y de verdad lo siento... Pero yo sólo casi lo encontré...
y el agua no es buena para el papel y mis lágrimas tampoco lo fueron para tus
palabras.
Después
de considerarlo seriamente decidí cambiar mi palabra menos favorita, porque
aunque “húmedo” es desagradable, “Maligno” es malévolo, “Maligno” es
incontrolable; significa una llamada telefónica y la frase “Él no se despertó”.
“Maligno” es un desastre, es injusto, “maligno” significa “nunca te pude decir
adiós”, “Maligno” es la causa de los “casi”; porque tú estabas en el inicio de
algo hermoso pero no pudiste alcanzarlo por poco y caíste muy lejos, y lamento
que no pude estar ahí para atraparte...
Espero
que tu cielo sea una librería, y también espero que ésta sea aprueba de
“casis”.
Te amo,
duerme bien.
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