No salgas con un chico que lee
porque criticara el poco sentido de las letras que la gente tararea una
noche de fiesta cualquiera, se reirá de lo banal. No salgas con un chico
que lee, sabrá encandilarte con cuatro palabras bien dichas, y tardaras
un rato en darte cuenta de su gracioso juego de conquista.
Porque...
El chico que lee sabrá cuando
callar, porque entiende el sentido de los puntos suspensivos, y
seguramente no invertirá tanto tiempo en preguntar repetitivamente "que
te pasa" que sin duda no queremos responder. Se acordara del argumento y
entenderá los fallos del guión, pues lo ha leído en mil páginas. El
chico que lee sabe que incluso en los mejores libros los grandes
detalles pueden ser sugeridos con una descripción de la escena, y hará
de cada una de tus miradas una descripción que no necesite explicaciones
ni pretextos.
Te abrazará antes de pedir argumentos, porque un chico que lee, también lee entre lineas.
El chico que lee ha aprendido de los
mejores héroes de la historia, y sabe cuando y como ha de luchar. Sabe
que la trama tiene giros y no se pondrá tan nervioso ante un párrafo
dramático.
Conoce
las palabras que te secan y humedecen los ojos, y te comparara con las
musas de sus autores preferidos, se reirá de ti si llegas al punto de
locura que alcanzan sus protagonistas, y ya conocerá la solución.
No habrá mejor regalo para el que
empezar juntos una historia definitiva, un libro que no tenga final,
porque al fin y al cabo, el chico que lee querrá seguir leyendo, y
valorara el suspense antes de escribir la ultima frase del día.
El chico que lee conoce mil mundos, y
no parara hasta que los visitéis juntos. Y cada momento absurdo se
llenara de magia si señala una a una las cosas que imagina para ti en
ese momento, porque podrá transformar un cutre habitación de hostal en
la suite mas maravillosa de París. Y solo con palabras creará la mejor
vista de la Torre Eiffel, solo con palabras puede hacer que veas mil
estrellas iluminando el cielo sobre los campo Elíseos, haya o no ventana
en vuestra cutre habitación.
Si
sales con un chico que lee, ten claro que no pararás de recorrer
lugares que posiblemente aun no se hayan inventado, que cada momento
será un párrafo perfecto de vuestro libro, que cada gesto habrá sido
vagamente maquinado, y cada punto de tensión será resuelto, porque los
libros, siempre continúan. Y el chico que lee, lo sabe.
Porque es la garantía de una biblioteca en su casa reservada solo para ti.
Porque con cada libro que se
obsequien entre ambos, irán alimentando la librería que desearan tener
en un pequeño apartamento lleno de fantasía en París, Roma, Londres o
Madrid.
Sal con un chico que no lee, o te
condenarás a aprender cada día, y a vivir de modo que cada momento pueda
ser descrito en un papel. Sal con un chico que no lee, o te convertirás
en musa y protagonista de mil historias que de esta manera, no podrías
vivir.
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