miércoles, 11 de marzo de 2015

Soledad

Estoy en medio del salón de clases. Ruidos a mi alrededor, no tienen sentido. Un montón de cuerpos sin rostro.

Detengo la mirada en un grupo de chicas que solían ser mis amigas. Ríen fuerte sobre alguna estupidez, atoradas en su pequeño mundo, un montón de borregos que siguen a los demás, sin pensamientos propios, sin ideas, vacías, superficiales, ignorantes; pero entonces, si es así, si son solo un montón de borregos más, ¿porqué lucen más felices que yo?. ¿porqué se ríen más?

Creo que tiene que ver con la ignorancia, con la ceguera permanente con la que nacemos todos y que solo se quita bajo ciertas circunstancias; porque todas las personas que conozco que se han liberado de esa terrible ceguera, aunque buenas personas, aunque inteligentes, aunque faltos de ignorancia (no hay que olvidar que todo el mundo la tiene, pero es una de esas cosas contra las que puedes luchar), tienen esa mirada ligeramente melancólica, incluso triste a veces, el mundo no es bonito, está lleno de cosas mucho sufrimiento, y todas estas personas consientes de ello, tienen una herida en lo más profundo de su alma, en su corazón, una herida que no va a cerrar, no hasta que el mundo entero cambie.

Me pregunto si sería más feliz con la ceguera. No lo sé. No me arrepiento de quién soy, de cómo soy o de lo que sé. Es solo que a veces, me gustaría tener amigos, reír a carcajadas todos los días. ahuyentar la oscuridad que ya hace tiempo se instaló en mi corazón, que me hace llorar de frustración cada vez que pienso en ello. A veces, me gustaría sentirme menos sola.

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