jueves, 26 de marzo de 2015
LOS GUERREROS ROJOS
Este era un Guerrero. Iba a donde quiera que hubiera una batalla, era su alma, su fuerza, su esencia. Siempre luchando, inalcanzable, inagotable, cientos de historia se contaban en torno a él: descendía de los dragones o de las serpientes aladas, tenía sangre de demonio, era inmortal, su padre era uno de los dioses, pero nadie sabía en realidad nada sobre él.
Iba a los campos de batalla y luchaba conforme le distaba su instinto, poco le importaba quienes eran los enemigos o quienes luchaban a su lado. Tan solo le importaba la batalla, el calor, la excitación. Pero una noche, parada sobre una pila de cadáveres, divisó una silueta recortándose contra la tenue luz lunar, la batalla había sido especialmente sangrienta, así que la figura de aquel muchacho delgado lo tomó por sorpresa. Envainó la gran espada, colgó su escudo en las anchas espaldas y se acercó, le sorprendió aún más verlo totalmente ileso.
El Guerrero observó al chico atentamente mientras este se colgaba dos largas espadas en la espalda. Se volteó. Cruzaron miradas, y sin una palabra, se encaminaron juntos hacia el horizonte resplandeciente.
Anduvieron juntos durante cinco inviernos, ambos eran tan callados que en las tranquilas tardes en las que se sentaban en el campo viendo hacia la blanca llanura, ni siquiera el viento se atrevía a perturbar su silencio.
Cazaban, iban a los campos de batalla, y con un dejo inhumano, mataban a todos sus oponentes: el Guerrero con ojos y espada como fuego y el muchacho con ojos de hielo y espadas invisibles.
Sin embargo, hubo algo lo suficientemente fuerte para que esa inhumana tranquilidad se fuera.
La princesa bárbara sostenía un gran libro en su regazo y asentía para sí. De repente, un mensajero entró a la gran sala. El Reino del Este, que tenía por rey a un humano especialmente sanguinario les había declarado la guerra, y se encontraba en los límites mismos del Reino.
Axis escuchó atentamente, cuando terminó, se levantó y con una silenciosa orden, varios bárbaros aparecieron de entre las sombras.
-Llamad a todos. Preparaos.
A la mañana siguiente todos los guerreros estaban de pie ante Anix, esta, a lomos de un caballo negro como el abismo, y con las armas a punto, inició la marcha hacía las fronteras.
La batalla comenzó. Axis, al frente, arremetió con todas sus fuerzas guiando a su ejército. Cortaba cuellos con sus largos cuchillos y daba muerte constante con flechas certeras. Al cabo de un rato, ningún enemigo osaba a acercársele.
Entonces lo vio, dos largas espadas rápidas y certeras, cortando todo lo que estuviera cerca. Ágil y feroz. Al parecer luchaba de su lado.
Al lado de él, un hombre mayor, luchaba con una furia intensa y contenida.
Al verla distraída, un enemigo la derribó del caballo. Reaccionó rápido. Un corte limpio.
Al cabo de un rato, los enemigos se retiraron viéndose reducidos a menos de la mitad.
Los bárbaros lanzaron gritos de triunfo al aire.
Anix se acercó a los guerreros. El menor era como de su edad, se fijó en su expresión ceñuda. Era hermoso. Despedía una frialdad oscura.
El mayor era todo fuego, un guerrero llamado Kurlsor. Había crecido oyendo historias sobre él.
-Es un honor combatir a su lado-Dijo Anix con voz suave- Yo soy Anix, gobernante de Ikrar, como muestra de mi agradecimiento, os invito a comer y beber en mi mesa, en el castillo.
-No hemos luchado del lado de nadie- Respondió Kurlsor- Luchamos solo por nosotros.
-Aun así, han ayudado a mi causa
-Aceptaremos la invitación, dado que es la princesa misma quien la hace-Dijo Kurlsor
Regresaron al castillo.
Anix los recibió con extrema cortesía, nunca hablaba con ellos, pero al cabo de dos semanas se presentó ante Kurlsor.
-Quisiera batirme en duelo contra usted.
-Solo lucho a muerte princesa- Respondió Kurlsor
-Yo también
-¿Cómo puede estar tan segura?
-Soy la mejor entre todos en este Reino, y en el Reino del Norte y el Este, y el Oeste. Cuando lo supere, nadie jamás osará desafiarme.
-No combato en duelos, solo en grande Batallas, pero si quiere probarse, pelee contra Ian.
-¿Ian?- preguntó desconcertada.
-El muchacho que viaja conmigo, al igual que usted, se ha ganado las correas rojas, hablad con él.
Encontró a Ian en uno de los patios traseros. Estaba oscuro y lleno de maleza salvaje y oscura. Este ni siquiera se movió.
-Te reto a un duelo Ian- dijo Anix con voz grave.
El muchacho no se inmutó.
-Contigo podré pelear y probarme frente a aquellos que aún se atreven a desafiarme
-Pruébate con ellos entonces- Respondió Ian con voz seca
-No se atreven a desafiarme abiertamente.
-Desafíalos tú entonces.-
-No lo merecen, en cambio tú llevas las correas rojas. Solo los mejores guerreros las portan-
-Solo peleo a muerte- Dijo Ian con voz afilada
-Igual yo-
La semana siguiente, mientras Anix se ajustaba las cintas a su delgada figura, Ian la esperaba en medio de la plaza mayor con la camisa al aire y las espadas en las largas manos.
La vio acercándose, majestuosa y orgullosa, grácil, y sintió como si viera por primera vez, y por un momento, la oscuridad se fue de su corazón. Se admiró de la belleza de la princesa bárbara.
Comenzaron a luchar, e Ian olvidó todo excepto la batalla en la que se encontraba.
Verlos luchar era como ver a dos dragones en una batalla tan vieja como el mundo, una lucha legendaria y sorprendente. Los bárbaros no se atrevías ni siquiera a parpadear.
Un mandoble. Una estocada. Podían oír sus corazones. Finta y luego ataque. Defensa, dos pasos atrás. Otro ataque. Cada vez más cerca. Embestida. Axis en el suelo. Desarmada y humillada. Las espadas de Ian en su delicado cuello desnudo. Presionando cada vez más. Tan cerca de la victoria. Otro contrincante derrotado.
Pero la miró. Y sus brazos, y su boca y sus ojos y su alma y todo su ser dejaron de pertenecerle.
Sin una palabra, retiró las espadas, dio media vuelta, y se fue.
Axis jamás se había sentido tan débil, tan impotente y el sentimiento la asqueó, llena de enojo, se paró y se encerró en el castillo.
Mientras tanto, Ian tomaba una decisión.
Se quedó en el reino durante unos meses más. Acercándose a Anix poco a poco, luchando junto a ella, cubriéndola, y el frío y la oscuridad en sus ojos iba desapareciendo.
Le declaró su amor.
Anix aceptó, y sonriendo tontamente, disimulando su odio y rencor, se casó con Ian.
Este le cantó canciones hermosas capaces de hacer llorar a los más recios guerreros.
Pero Anix se mantenía imperturbable.
Le regaló flores y mató en su nombre.
La princesa bárbara acumulaba más odio cada día que lo veía.
Ian perdió el frío y la oscuridad, y aquello por lo que Anix alguna vez había sentido respeto.
Durante tres primaveras la princesa bárbara encerró su odio, su furia y su rencor en lo más recóndito de su alma.
Y una noche, sin aguantarlo más, mientras Ian dormía profundamente a su lado, lo pinchó con una aguja finísima impregnada con el más mortal de los venenos.
Pero de alguna forma, Ian sobrevivió y se sumergió en el más profundo y silencioso sufrimiento.
}
El reino esperó largo tiempo, pasaron meses, y aunque el corazón de Ian seguía latiendo, sabían que jamás despertaría. Anix guardó luto por él. Fingiendo dolor y amor, cosas que jamás había sentido.
Kurlsor volvió al reino al enterarse del estado de Ian. Volvió en silencio, en las sombras. Y cuando lo vio, tendido en las sábanas, sintió que el corazón que no sabía que tenía se le partía en pedazos.
Encontró a Anix en el mismo patio en el que esta había retado a Ian tiempo atrás.
Observó con atención a la llorosa viuda. No dijeron una sola palabra. Pero Kurlsor lo entendió.
Desesperado y roto de dolor, el Guerrero emprendió un viaje hacía los confines mismos del mundo, donde ni los más locos se atrevían a ir.
Decían que el gran mago Qüerbark vivía ahí, en lo más profundo del bosque, decían que las hadas y los silfos vivían ahí, que aún quedaban unicornios vivos en ese bosque, pero Kurlsor no encontró nada de esto, era como si el bosque mismo le dejara pasar, sin revelar el más mínimo de sus secretos. El mago se presentó ante él cuando este llevaba ya varias semanas de viaje. Lo estaba esperando, pero no tenía nada que lo pudiera ayudar. El veneno había infectado su alma ya, era demasiado tarde para Ian.
Pero si había algo que podía hacer.
El Guerrero regresó al reino de Anix, desesperanzado, con el fuego apagado, ahora, solo había hielo y tinieblas.
La encontró en la sala del trono, sola.
-¿Al fin aceptarás mi reto?- Preguntó ella con voz ronroneante.
Sin una palabra, Kurlsor sacó su espada. Anix tomó sus armas, y con una sonrisa en la cara, lo atacó.
Lucharon con furia, con odio. Esta vez no había espectadores, solo ellos dos, y estaban igualados.
Anix arremetía con todo su rencor, sus largos cuchillos apenas rozando la piel del Guerrero, buscando huecos en su defensa, este, ponía toda su fuerza en cada estocada, haciendo que ella retrocediera cada vez más. La acorraló contra su propio trono, la desarmó; pero Anix le dio una patada en el pecho que lo hizo retroceder, ella se descolgó el largo arco de la espalda, el Guerrero cerró los ojos un momento y cuando los abrió, con una sonrisa siniestra en el delicado rostro, Anix disparó.
La flecha atravesó el corazón del Guerrero. Pero se mantuvo en pie, y con un grito salvaje, ensartó a la princesa bárbara en su poderosa espada.
Aún con una expresión de desconcierto en el rostro, Anix cayó al suelo.
El Guerrero se apresuró a la habitación del muchacho. La fuerza lo abandonaba. Se quitó la flecha dorada del pecho. Subió el último peldaño y dejando un rastro de sangre llegó junto a Ian.
Se sacó el cuchillo del cinto.
-Ave Atque Vale 1 Guerrero- Dijo mientras lo hundía en el corazón del muchacho.
Las palabras de despedida que los grandes guerreros escuchaban antes de morir resonaban en los oídos de Kurlsor cuando este cayó al suelo, y por un terrible momento solo sintió dolor.
El Gran Guerrero de Fuego tomó el cuchillo ensangrentado en las poderosas manos, y con su último aliento, lo enterró en su corazón.
Este cuento es de mi autoría. Por favor dejen sus comentarios sobre él.
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miércoles, 11 de marzo de 2015
Soledad
Estoy en medio del salón de clases. Ruidos a mi alrededor, no tienen sentido. Un montón de cuerpos sin rostro.
Detengo la mirada en un grupo de chicas que solían ser mis amigas. Ríen fuerte sobre alguna estupidez, atoradas en su pequeño mundo, un montón de borregos que siguen a los demás, sin pensamientos propios, sin ideas, vacías, superficiales, ignorantes; pero entonces, si es así, si son solo un montón de borregos más, ¿porqué lucen más felices que yo?. ¿porqué se ríen más?
Creo que tiene que ver con la ignorancia, con la ceguera permanente con la que nacemos todos y que solo se quita bajo ciertas circunstancias; porque todas las personas que conozco que se han liberado de esa terrible ceguera, aunque buenas personas, aunque inteligentes, aunque faltos de ignorancia (no hay que olvidar que todo el mundo la tiene, pero es una de esas cosas contra las que puedes luchar), tienen esa mirada ligeramente melancólica, incluso triste a veces, el mundo no es bonito, está lleno de cosas mucho sufrimiento, y todas estas personas consientes de ello, tienen una herida en lo más profundo de su alma, en su corazón, una herida que no va a cerrar, no hasta que el mundo entero cambie.
Me pregunto si sería más feliz con la ceguera. No lo sé. No me arrepiento de quién soy, de cómo soy o de lo que sé. Es solo que a veces, me gustaría tener amigos, reír a carcajadas todos los días. ahuyentar la oscuridad que ya hace tiempo se instaló en mi corazón, que me hace llorar de frustración cada vez que pienso en ello. A veces, me gustaría sentirme menos sola.
Detengo la mirada en un grupo de chicas que solían ser mis amigas. Ríen fuerte sobre alguna estupidez, atoradas en su pequeño mundo, un montón de borregos que siguen a los demás, sin pensamientos propios, sin ideas, vacías, superficiales, ignorantes; pero entonces, si es así, si son solo un montón de borregos más, ¿porqué lucen más felices que yo?. ¿porqué se ríen más?
Creo que tiene que ver con la ignorancia, con la ceguera permanente con la que nacemos todos y que solo se quita bajo ciertas circunstancias; porque todas las personas que conozco que se han liberado de esa terrible ceguera, aunque buenas personas, aunque inteligentes, aunque faltos de ignorancia (no hay que olvidar que todo el mundo la tiene, pero es una de esas cosas contra las que puedes luchar), tienen esa mirada ligeramente melancólica, incluso triste a veces, el mundo no es bonito, está lleno de cosas mucho sufrimiento, y todas estas personas consientes de ello, tienen una herida en lo más profundo de su alma, en su corazón, una herida que no va a cerrar, no hasta que el mundo entero cambie.
Me pregunto si sería más feliz con la ceguera. No lo sé. No me arrepiento de quién soy, de cómo soy o de lo que sé. Es solo que a veces, me gustaría tener amigos, reír a carcajadas todos los días. ahuyentar la oscuridad que ya hace tiempo se instaló en mi corazón, que me hace llorar de frustración cada vez que pienso en ello. A veces, me gustaría sentirme menos sola.
viernes, 23 de enero de 2015
Citas sobre la lectura.
Leer es contemplar una tarde otoñal, la hoja que cae y regresa a la rama vuelta mariposa.
Soseki
Al leer nos metemos por un instante en el incendio que ocurre dentro de la piel de otra persona.
José Gordon
El poder indeterminado de los libros es incalculable. Es indeterminado precisamente porque el mismo libro, la misma página, puede tener efectos totalmente dispares sobre sus lectores. Puede exaltar o envilecer; seducir o asquear; apelar a la virtud o a la barbarie; magnificar la sensibilidad o banalizarla. De una manera que no puede ser más desconcertante, puede hacer las dos cosas, casi en el mismo momento, en un impulso de respuesta tan complejo, tan rápido en su alternancia y tan híbrido, que ninguna hermenéutica, ninguna psicología puede predecir o calcular su fuerza.
Georges Steiner
Ponerse a leer significa prepararse para atrapar una voz que va a surgir cuando menos lo esperes. Una voz que se deja oír desde un lugar imprevisto, más allá del libro, más allá del autor, más allá de la escritura: viene desde lo que no se ha dicho, desde eso que el mundo todavía no ha formulado sobre sí mismo porque no tenía palabras para decirlo.
Italo Calvino
Hay dos tipos de lectores: los que cuidadosamente pasan a través de un libro, y los que con igual cuidado dejan que el libro pase a través de ellos.
Douglas Jerrold
El único consejo sobre la lectura que una persona le puede dar a otra es no seguir ningún consejo; que siga solo sus instintos, use su razón y llegue a sus propias conclusiones.
Virginia Woolf
Si le quitas la ironía a la lectura perderá de golpe toda disciplina y toda sorpresa.
Harold Bloom
En la infancia todos los libros contiene presagios, nos señalan el futuro, y como la adivinadora que en las cartas vislumbra un largo viaje o el peligro de morir ahogados, los libros influyen en nuestro destino.
Graham Greene
Leo para dormir en otra parte y regresar al día siguiente, si puedo o cuando pueda, meses o años después. Leo para dejar que un desconocido invente mis recuerdos, para hacer amigos de nuevos personajes imaginarios y tener las aventuras de las que me siento digno o capaz, por lo menos mientras llego a la última página.
Enzo
Leer es encontrar recámaras secretas en el fondo de uno mismo, hacer como si uno se encerrara en ellas para abrir ventanas, para desear la frescura de las cerezas, de las flores, de los pinos. Descubrir que la memoria es un océano y cada sensación puede convertirse en un país entero.
Philippe Delerm
Cuando
leo: "aquí hay una
puerta", veo claramente
una puerta. Cuando
leo que "una mano gira
la llave de la cerradura
para abrir la puerta",
veo perfectamente
una mano, una
cerradura, una
llave en movimiento. Pero
tengo la nariz encima
de las cosas que leo, que miro.
Y entonces llega la
imaginación con su
libertad sin límites a
introducir la perspectiva
y veo mejor.
Eugene Ionesco
La lectura de un libro prohibido,
tras una puerta cerrada, en una noche de nieve, es uno
de los mayores placeres de la vida.
Lin Yutang
Un libro autentico nunca es impaciente. Puede aguardar siglos para despertar en sus lectores un eco vivificador.
Georges Steiner
Leer es soñar el agua de un oasis en el desierto,
beberla y despertar con otro tipo de sed que ya no está en la boca.
Hafiz
El miedo de la gente a lo que
un lector pueda hacer entre
las páginas de un libro es
semejante al temor eterno
que tienen los hombres a
lo que pueden hacer las
mujeres en los lugares
secretos de su cuerpo,
o a los que las brujas
o los alquimistas
puedan hacer en
la oscuridad,
detrás de las
puertas
cerradas
con
lla-
ve.
Alberto Manguel
Hay aquellos que,
mientras leen un libro,
recuerdan,
comparan,
reviven emociones de otras lecturas anteriores.
La lectura es una de las más delicadas formas de adulterio.
Ezequiel Martínez Estrada.
Leo porque los libros huelen casi todos muy bien como a las moscas el dulce
nos atrae la fragancia a cola y papel.
Luis Landero
Quienes no leen porque no han encontrado las lecturas que les apasionen, los poemas o las historias que transformen su visión del mundo, son como las personas que nunca se han enamorado. No es falta de cultura o de destreza. Algunos autores sostienen que quien no lee es como quien vive junto al mar y no sabe nadar. O como quien no sabe andar en bicicleta. Pero no, quien no lee con pasión se parece más a alguien que nunca se ha enamorado y ni siquiera sospecha que existe esa dimensión fundamental de la vida.
Alberto Ruy Sánchez
Los lectores son molestos,
como los enamorados, como los viajeros,
porque no se tiene control sobre ellos
se escapan.
Michéle Petit
La lectura mantiene al mundo en movimiento.
El Zohar
Cuando un
lector se duerme
sobre un libro de poesía y
el choque de su cabeza sobre
el libro produce un ruido
hueco como un zapato vacío, el
lector nos podrá jurar que es
el sonido del libro. Pero eso
no siempre es culpa
del libro ni de la
poesía.
G. C. Lichtenberg
lector se duerme
sobre un libro de poesía y
el choque de su cabeza sobre
el libro produce un ruido
hueco como un zapato vacío, el
lector nos podrá jurar que es
el sonido del libro. Pero eso
no siempre es culpa
del libro ni de la
poesía.
G. C. Lichtenberg
El pecado de Adán fue no haber leído... y así le fue. La travesura de Dios fue dejarlo suelto en el
Paraíso
sin un mal libro siquiera, aunque hubiera sido el catecismo.
Luciano G. Egido
Por imbécil que sea el autor, siempre encuentra un lector que se le parece.
San Jerónimo.
Un lector que se asoma a un libro no siempre se da cuenta de que se trata de una especie de espejo: cuando se asoma un mono difícilmente verá reflejado a un sabio.
René Descartes
La televisión me parece muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.
Un lector que se asoma a un libro no siempre se da cuenta de que se trata de una especie de espejo: cuando se asoma un mono difícilmente verá reflejado a un sabio.
G. C. Lichtenberg
Leer un libro nos enseña más que cuando hablamos con su autor, porque , en el libro, el autor sólo ha puesto sus mejores pensamientos.
René Descartes
La televisión me parece muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.
Groucho Marx
Hice un curso de lectura rápida y fui capaz de leerme La guerra y la paz en veinte minutos. Creo que decía algo sobre Rusia.
Woody Allen
Es absurdo tener una regla rigurosa de lo que debe o no debe leerse.
Más de la mitad de la cultura intelectual moderna es producto de lo que no debería leerse.
Oscar Wilde
Leer nos da el extraño poder de mirar dentro de otra cabezas. Es el más activo el más
poderoso y el más humilde de los pasatiempos . Permite resucitar a los muertos y
dar vida a uno o varios seres, a ciertas palabras, a ciertas ideas. Da vida incluso
a la conciencia. Ésas son algunas de sus cualidades, pero la lectura también tiene
defectos: el mayor es hacernos perder la estación del metro dónde nos teníamos que bajar.
Sebastien Kent
El que lee mucho y anda mucho,
ve mucho y sabe mucho.
Miguel de Cervantes Saavedra.
De una palabra a la otra ,
de una frase a la otra,
el lector crea su pequeña música,
se crea una versión personal de la historia,
y de su propia historia.
Michéle Petit.
Un libro, mientras no se lee, es solamente un ser en potencia,
tan en potencia como una bomba que no ha estallado.
María Zambrano.
¿Qué son las palabras acostadas en un libro? ¿Qué son esos símbolos muertos? ¿Qué
es un libro si no lo abrimos? Nada absolutamente. Es simplemente un cubo de papel
y cuero, con hojas; pero si lo leemos ocurre algo raro, creo que cambia cada vez.
Jorge Luis Borges
Un libro escrito pero que no ha sido leído, no existe plenamente. Es un ser sin sangre, vacío, infeliz y que se desvanece pidiendo auxilio para existir. El escritor lo sabe, y cuando publica un libro libera al viento, sobre la masa anónima de hombres y mujeres, una nube de pájaros de papel, de vampiros secos, sedientos de sangre, que vuelan al azar en busca de lectores.
En cuanto cae sobre un lector, el libro se alimenta de su calor y de sus sueños. Alcanza su plenitud, florece, se convierte finalmente en lo que es: un mundo imaginario donde se mezclan sin distinción -como los rasgos de los padres en la cara de un niño- las intenciones del escritor y los fantasmas del lector.
Después, cuando la lectura terminó, el libro cansado, abandonado por el lector, espera a otro ser vivo para fecundar su imaginación. Y si tiene la suerte de ver realizada así su vocación, pasará de mano en mano, como un gallo monta sucesivamente a un número indefinido de gallinas.
Michel Tournier
Los lectores son viajeros, circulan sobre las tierras de otra gente, nómadas que cazan furtivamente en los campos que no han escrito.
Michel de Certeau
Si la lectura de un libro nos toca a fondo, se vuelve parte de un ritual íntimo, alimenta raíces secretas. En sus mejores momentos el lector usa a los libros como una especie de mandalas: objetos rituales cuya forma material y sus palabras nos ayudan a sentir, a pensar, a vivir.
Alberto Ruy Sánchez
Nunca es demasiado pronto para compartir un libro con los niños.
Si aguardamos a que sepan leer para hacerlo, es como si esperáramos a que él supiera hablar para hablarle.
Penélope Leach
Descubrí la lectura y su mundo maravilloso tras la voz y el canto femenino, gracias a mi madre y mis hermanas que me iniciaron en el delirio de la poesía, la danza y del canto. Descubrí que no hay lectura profunda sin el placer del cuerpo.
Pero esto no implica que no hay lectura que no reinvente toda nuestra persona: leer es un sorpresivo acto de creación.
En la escritura y en la lectura en voz alta se mezclan por lo tanto, misteriosamente, lo sagrado y lo profano.
Amin Zaoui
El narrador incluye a su oyente en el relato mismo, en calidad de futuro protagonista, y le advierte de unos futuros peligros que, por el solo hecho de escuchar, comienza ya a correr.
Fernando Savater.
Las palabras sirven para liberar una materia silenciosa, mucho más vasta que las palabras, que cada lector lleva en su interior.
Nathalie Sarraute.
El futuro de la lectura depende en gran parte de la capacidad y del deseo que tengan algunos lectores de compartir sus descubrimientos.
Hubert Nyssen
Creo que parte de mi amor a la vida, se lo debo a mi amor a los libros.
Adolfo Bioy Casares.
LEER ES VIVIR DOS VECES
Antonio Gamoneda
Leer, leer es vivir la vida que otros soñaron.
Miguel de Unamuno.
En cuanto a los motivos personales que me llevan a leer novelas, sólo puedo decir que caben en mí muchas más vidas de la única que tengo, y no se me ocurre otra manera de alcanzarlas.
Pedro Zarraluki
De pronto comprendí... Los libros, la literatura, la lectura se trataba de lo que me sucedía a mí, y cuando lo descubría escrito adquiría un sentido que de otra manera no tenía. Mi propia vida estaba de pronto tan viva como la vida de las páginas que daban cabida en mi mente, Y todo estaba hecho de palabras impresas en los libros.
Aidan Chambers
Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente por qué. Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unos cuantos creen que sólo serán felices en algún lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen: hay tantas pasiones distintas como hombres distintos hay.
La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros. Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...
Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido...
Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces.
La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros. Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...
Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido...
Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces.
Michael Ende
Quien lee no está haciendo algo, se está haciendo alguien.
Pedro Lain Entralgo
No se deberían leer sino los libros que nos pican y nos muerden. Si el libro que leemos no nos despierta con un puñetazo, ¿para que leerlo?
Franz Kafka
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sábado, 10 de enero de 2015
LEER 2
POR ALBERTO MANGUEL
(...)Los libros que leímos de niños cambian con nosotros. No sólo las sobrecubiertas se desgarran, las cubiertas se ajan, el papel se vuelve amarillo, la tinta empalidece: las palabras mudan de sentido, los detalles se multiplican, los personajes se hacen más complejos, la acción cambia de rumbo. Los libros de nuestra infancia son más fieles a nosotros, sus lectores, que a aquellos que los han creado.
(...)
(...)
Como lectores, nuestro poder es aterrador e inapelable. No nos enternecen ni las suplicas de los críticos, ni las lagrimas de los autores que nos han precedido. Implacables, a través de los siglos, juzgamos y volvemos a juzgar los libros que ya se creían a salvo. Por puras razones de gusto, en el paraíso de la lectura, Cervantes ocupa el mismo lugar que Martorell y Galba han perdido, a pesar del mismo juicio de Cervantes. ¿Nuestros abuelos adoraban a Anatole France y a Mazo de la Roche? A nosotros no nos gustan, al diablo con ellos. ¿Melville fue despreciado y Kafka vendía apenas unos pocos ejemplares? Hoy Melville está sentado a la diestra de Dante y una primera edición de La Metamorfosis vale una pequeña fortuna. Si debemos justificarnos, inventa,os razones estéticas, culturales, filológicas, históricas, filosóficas, morales. Pero la verdad es, que casi todos nuestros juicios son refutables fuera del campo hedonista.
(...)
(...) ¿Qué son las bibliotecas sino archivos de nuestros gustos, museos de nuestros caprichos, catálogos de nuestros placeres? (...)
(...)
Intimidad solitaria y compartida. La lectura nos ofrece también el poder de la inteligencia. ¿Qué otro arte nos permite pensar con Pascal, razonar con Montaigne, meditar con Unamuno, seguir los vericuetos de la mente de Vila-Matas o de Sebald? No se trata de convencerse con argumentos ajenos, lo que se ha llamado "terrorismo intelectual". Se trata de ser invitados a un momento de reflexión, de convertirnos en testigos de la creación de una idea. Se trata de escuchar y pensar. El resultado puede o no ser compartido; poco importa, ya que el recorrido intelectual no prevé ni conclusión ni destino preciso. Cerramos ciertos libros y nos sentimos más inteligentes, resultado que el autor nunca puede prever. "El arte alcanza una meta que nos es la suya", escribió Benjamin Constant hace más de un siglo. Lo mismo puede decirse de la lectura.
El placer de la inteligencia significa al menos dos cosas: disfrutar del uso de la razón y disfrutar del reconocimiento del mundo. Es banal recordar que la lectura nos lleva a regiones insospechadas; menos banal es recordar que nos hace ciudadanos de tales regiones. Para un lector, todo libro es un museo del Universo y, a veces, del Universo mismo. (...) Hay un cuento (ya no sé quién lo escribió) en el que el hombre leyendo las aventuras de otro que se pierde en el desierto, muere de hambre y de sed en su cama, rodeado de comida y bebida. De forma algo más moderada, todo lector conoce el placer de habitar un mundo creado por otros, de ser su explorador y su cartógrafo.
Un autentico explorador goza de lo que encuentra, sea bueno o malo; un lector también.
(...)
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jueves, 8 de enero de 2015
La Lectura
Cuando tenía 6 o 7 años leí mi primer libro. Un libro infantil llamado "Abuelos" como de 20 paginas e ilustraciones gigantes. Entonces no me dí cuenta, pero al leer ese libro algo empezó a cambiar en mí. No lo sabía, pero desde ese entonces, mi visión del mundo entero cambiaría por completo.
Después de casi 10 años y muchos libros, empiezo a comprender ese cambio tan sorprendente que se produjo en mi. Ese maravilloso sentimiento de despertar y al mismo tiempo de hundirse en un sueño profundo y maravilloso, de estar en medio de aventuras increíbles e imposibles en el mundo en que vivimos, perdernos en ella, tanto que sentimos el mismo dolor, alegría, desesperación, excitación de los personajes de el libro que tenemos en nuestro regazo.
Pero al mismo tiempo, algo se despierta en nuestro interior, ese sentimiento de inconformidad por la vida tan simple, tan rutinaria, tan aburrida, entonces deseamos cambiarla, ser como los héroes y heroínas de todas esas historias. Y lo llevamos a cabo, muchas veces (la mayoría) llevamos a cabo esas aventuras increíbles en nuestra imaginación, sin límites, sin vuelta atrás, nos creamos una historia tan increíble que la vida deja de ser la misma.
Otras veces, buscamos la aventura, no en nuestras cabezas, sino en el mundo real, viajamos, sobrevivimos, escuchamos, observamos, y jamás dejan su esencia atrás, leen y siguen leyendo, viajan, conocen gente y lugares maravillosos.
De cualquier modo, la lectura nos hace inconformes, inconformes con la misma vida, con la misma rutina, con la religión, con la cultura retrasada, con las enseñanzas obsoletas, con la humanidad misma. Un lector busca educarse a sí mismo, y se maravilla ante cada nuevo descubrimiento, se maravilla ante cada nueva experiencia.
Cuando encontramos nuestro libro ideal, todo un mundo se despliega frente a nosotros.
Dejamos de ser una oveja más en el rebaño, y no es que ser una oveja tenga algo malo, pero, ser diferente, separarte de rebaño, pensar diferente, hablar diferente, vestirse, tener gustos diferentes, es aún más maravilloso. Es totalmente normal y nadie debería ser lastimado por ser una cosa o la otra, por que te guste esto o lo otro. Es un derecho universal ser diferente. Enorgullecete de eso.
La lectura es una puerta abierta y una puerta cerrada, es un buen café o una taza de té, es tristeza y felicidad. Es todo eso y aún más. Te abre los ojos a un mundo que cada vez está peor, y no solo eso, te invita, en un modo muy sutil, a ser uno de los tantos héroes o heroínas que arriesgan sus vidas por ayudar a otros, por salvar vidas, por mejorar el planeta en el que todos vivimos y del cual todos dependemos.
Leer es maravilloso.
A veces, solo necesitas un libro que te de el impulso necesario. Ese libro fue "El viejo y la mar" para mi, cuando tenía 10 años. Me he enviciado terriblemente con los libros desde entonces y no me arrepiento en absoluto.
Puedes comprobarlo por ti mismo, y si ya lo intentaste y no te gustó, es que no has encontrado tu libro ideal, ese libro que te hará querer vivir en nuevos mundos.
Mayo.
xx
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LEER
Leer es como un sueño. Es una aventura. Es un refugio. Es una salida.
<Leer no es matar el tiempo, sino fecundarlo>
H. C. Brumana
<La enfermedad de leer tiene sus ventajas.Otorga silencio, consuelo, oscuridad, compasión y dulce cansancio. Si hay que hacer campaña, hágase de esto. Leer para estar en silencio. Leer para aceptar la muerte, la soledad, la herida y el consuelo”.>
Constantino Bértolo
< De los diversos instrumentos del hombre, el más
asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El
microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es
extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su
brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de
la imaginación.>
Borges
<“La literatura es esencialmente soledad. Se
escribe en soledad, se lee en soledad y, pese a todo, el acto de la
lectura permite una comunicación entre dos seres humanos.”>
Paul Auster
<"Todos nos leemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea para vislumbrar qué somos y dónde estamos. Leemos para entender, o para empezar a entender. No tenemos otro remedio que leer. Leer, casi tanto como respirar, es nuestra función esencial.">
Alberto Manguel.
< No,
no es por el éxito por lo que hay que leer. Es para vivir más. (...) De
todas maneras, no se dejen amedrentar por los que dicen que hay que
leer sólo libros importantes. Tengo recuerdos intensos y muy hermosos de
libros quizá insulsos, pero que alimentaron largas tardes de
excitación”.>
Umberto Eco.
<Leer es buscar otras realidades para poder entender mejor esta realidad>
Fabricio Caivano.
<En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle sentido a la existencia>
Cervantes.
< Inmersión, sumergirse: hay mucha poesía en las expresiones más
comunes. Uno se sumerge en un libro, desciende lentamente hacia el fondo
de un medio más denso y menos iluminado que la realidad exterior. Uno
cierra su escotilla, se acomoda en el silencio. El mundo real, unas
veces es gozoso y otras es hostil. En la cámara sumergida del libro, uno
se encuentra a salvo de todo, transitoriamente. El mundo real, la
experiencia concreta, pueden ser felices o desdichados, estimulantes o
tediosos: sea como sea, uno vive en ellos sometido a severas
limitaciones de tiempo y espacio, a un reparto de personajes nunca
numeroso, a la posibilidad del aburrimiento. El libro multiplica las
dimensiones del mundo y la variedad de los paisajes y las vidas; lo
salva a uno de la inmediatez literal de las cosas, de su anclaje fatal
en el aquí y en el ahora, en el yo consabido. Pero el libro no embota la
curiosidad hacia el espectáculo ilimitado y gozoso de lo más cercano:
bien leído, es una lente de aumento, un microscopio, un telescopio, una
máquina del tiempo.
Pero uno no lee para aprender, ni para saber más, ni para escaparse.
Uno lee porque la lectura es un vicio perfectamente compatible con la
escasez de medios, con la falta de esa audacia que otros vicios
requieren, y, más importante todavía, con la absoluta pereza. El buen
aficionado lleva a cabo la mayor parte de sus mejores lecturas en
diversos grados de proximidad a la posición horizontal. Bien es verdad
que también se somete a las mayores incomodidades: lee de pie, en un
vagón del metro; lee en la dura silla de una biblioteca pública, bajo
una luz escasa que le daña los ojos; incluso en medio de la calle, con
la misma impaciencia con que alguien que ha comprado una barra de pan
recién hecha le arranca el pico tostado y se lo va comiendo en el camino
hacia casa. Aquel lector definitivo, fanático, que fue Juan Carlos
Onetti me contó una vez la emoción de ir por una calle de Buenos Aires
leyendo una novela recién adquirida de William Faulkner, incapaz de
contenerse hasta llegar a casa, hasta encontrar un banco en un parque.
Cuando se tienen pocos libros, el único remedio contra la escasez es
empezar de nuevo por la primera página a continuación de la última. A mí
me pasó eso, a los 12 años, cuando descubrí La isla misteriosa, de
Julio Verne, en una de aquellas ediciones memorables de la colección
Historias. El vicio ha de ser alimentado, pero es un vicio tan feliz que
la sustancia de la que se alimenta permanece intacta una vez consumida,
incluso puede ser todavía más satisfactoria: es una refutación de ese
antipático dicho inglés según el cual no es posible comerse la tarta y
seguir teniéndola. Yo llegaba al final de La isla misteriosa y como no
tenía ningún otro libro a mano volvía al primer capítulo, y la escena
magnífica de los fugitivos que viajan en un globo arrastrado por un
huracán era todavía más apasionante. ¿Cuántas veces puede uno leer un
poema que le gusta mucho teniendo la sensación de que lo lee por primera
vez? Pero la poesía, en su sentido más alto, no es un género literario,
sino el ingrediente supremo de toda literatura, la nicotina que nos la
vuelve adictiva, la dosis de uranio de la que se desprende una radiación
perpetua, activa a lo largo de siglos, de milenios, tan poderosa que
traspasa las distancias culturales y las barreras de los idiomas: hay
tantos libros muertos que se escribieron ayer mismo, en nuestra misma
lengua, y, sin embargo, Edipo rey, o la Iliada, o una oración egipcia
para invocar a los muertos nos afectan con su radiactividad inmediata,
brillan en la oscuridad como aquel mineral de uranio que los esposos
Curie investigaban en su laboratorio.
(...)
El lector vicioso es entusiasta y apasionado, pero no es arrogante,
porque lo último que haría es exhibir el número de sus lecturas o
pavonearse de ellas y mirar desde arriba a quienes no las comparten. El
número de las obras maestras es muy amplio, de modo que cada lector
tiene un espacio de soberanía en el que escoger las que a él más le
importan. Cada lector es soberano de su reino privado, y los
descubrimientos que alguien en particular hace en un libro, otra persona
puede hacerlos en otro. Uno quiere transmitir sus entusiasmos, no
ejercitar el desprecio, y menos todavía condecorarse con el mérito de lo
que ha leído, o, peor aún, convertirse en un impostor o en un comisario
político, o ponerse por encima de los que no pertenecen a su cofradía.>
Antonio Muñóz Molina.
<“Soy un lector compulsivo. No puedo estar sin leer. Es puro placer, pero
no comparto esas supersticiones que existen en torno a la lectura, como
la de tener que acabar un libro o leer libros llamados importantes, la
de leer uno solo a la vez, la de no escribir en ellos. Un verdadero
lector no se cree esas cosas”.>
Alberto Manguel
<Vivir sin leer es peligroso. Porque obliga a conformarse con la vida>
Michael Houellebecq.
Estas son solo algunas citas que he encontrado por ahí, son fantástica e increíblemente verdaderas. Pronto publicaré más.
Mayo
xx
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umberto eco
SOUNDTRACK: THE FIRST TIME

Hoy les vengo a compartir este maravilloso soundtrack de esta película, la película en sí da mucho de que hablar, de hecho, solo la terminé de ver por las maravillosas canciones que tiene a lo largo de toda la película y por el muy adorable y sexy Dylan O'Brien.
Silly Boy
Written by Soeren Christiansen, Steffen Westmark, Allan Villadsen, and PerJoergensen
Performed by The Blue Van
Courtesy of Iceberg Music Group
Written by Soeren Christiansen, Steffen Westmark, Allan Villadsen, and PerJoergensen
Performed by The Blue Van
Courtesy of Iceberg Music Group
Written by Robin Feher
Performed by The Nights
Courtesy of Sing Little Bird Music
Performed by The Nights
Courtesy of Sing Little Bird Music
We're #1
Written by Andrew Creighton
Performed by The World Record
Courtesy of Tallboy Records
Written by Andrew Creighton
Performed by The World Record
Courtesy of Tallboy Records
Lonely Soul
Written by Robin Feher
Performed by The Nights
Courtesy of Sing Little Bird Music
Written by Robin Feher
Performed by The Nights
Courtesy of Sing Little Bird Music
Trouble
Written by Matthew Beighley, Thomas King, and Jacqueline Santillan
Performed by Wait. Think. Fast.
Written by Matthew Beighley, Thomas King, and Jacqueline Santillan
Performed by Wait. Think. Fast.
The End
Written by Bethany Cosentino
Performed by Best Coast
Courtesy of Mexican Summer
Written by Bethany Cosentino
Performed by Best Coast
Courtesy of Mexican Summer
Head Spin
Written by Dane Schmidt
Performed by The Jamestown Story
Courtesy of Soul-Free Music
Written by Dane Schmidt
Performed by The Jamestown Story
Courtesy of Soul-Free Music
Girls Like You
Written by Thomas Powers, Aaron Short, and Alisa Xayalith
Performed by The Naked and Famous
Courtesy of Polydor Records Ltd. / Universal Republic Records
Written by Thomas Powers, Aaron Short, and Alisa Xayalith
Performed by The Naked and Famous
Courtesy of Polydor Records Ltd. / Universal Republic Records
Sweet Louise
Written by Barbara Gruska and Ethan Gruska
Performed by The Belle Brigade
Courtesy of Reprise Records
Written by Barbara Gruska and Ethan Gruska
Performed by The Belle Brigade
Courtesy of Reprise Records
Coming Home
Written by Peter Kilpatrick and Zach Jones
Performed by The Pete Kilpatrick Band
Written by Peter Kilpatrick and Zach Jones
Performed by The Pete Kilpatrick Band
Till The Morning
Written by Afie Jurvanen
Performed by Bahamas
Courtesy of Brushfire Records / Universal Records
Written by Afie Jurvanen
Performed by Bahamas
Courtesy of Brushfire Records / Universal Records
In Your Mind
Written by Matt Weinberger, Abe Seiferth, Jared Elioseff, John Graham Davis, and David Burnett
Performed by Phonograph
Courtesy of Arclight Records
Written by Matt Weinberger, Abe Seiferth, Jared Elioseff, John Graham Davis, and David Burnett
Performed by Phonograph
Courtesy of Arclight Records
I Cannot Love You
Written by Michael Lerner
Performed by Telekinesis
Courtesy of Merge Records
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Performed by Telekinesis
Courtesy of Merge Records
Can't Stop Thinking
Written by Tom Wolfe
Performed by Buva
Written by Tom Wolfe
Performed by Buva
Come On
Written by Chad Marshman
Performed by The Wind
Written by Chad Marshman
Performed by The Wind
Wait For Me
Written by Daniel Blue and Josiah Sherman
Performed by Motopony
Courtesy of Motopony / tiny OGRE, LLC
Written by Daniel Blue and Josiah Sherman
Performed by Motopony
Courtesy of Motopony / tiny OGRE, LLC
Anne With An E
Written by Kip Berman, Peggy Wang, Kurt Feldman, and Alex Naidus
Performed by The Pains of Being Pure at Heart
Courtesy of Collective Sounds / Slumberland Records
Written by Kip Berman, Peggy Wang, Kurt Feldman, and Alex Naidus
Performed by The Pains of Being Pure at Heart
Courtesy of Collective Sounds / Slumberland Records
Oh My Love
Written by Daniel Varjo, Ludvig Rylander, Lisa Milberg, Maria Eriksson, Martin Hansson, Per Nystrom, Ullik Jonusson, and Dante Holgersson
Performed by The Concretes
Courtesy of Friendly Fire Records
Written by Daniel Varjo, Ludvig Rylander, Lisa Milberg, Maria Eriksson, Martin Hansson, Per Nystrom, Ullik Jonusson, and Dante Holgersson
Performed by The Concretes
Courtesy of Friendly Fire Records
Diamond Eyes
Written by Michael Haggins
Performed by Michael Haggins
Courtesy of Cuate Records
Written by Michael Haggins
Performed by Michael Haggins
Courtesy of Cuate Records
Out Of Touch
Written by Elizabeth Borden
Performed by Lizzie Borden and The Axes
Courtesy of Ravan Records
If It Be Your WillWritten by Elizabeth Borden
Performed by Lizzie Borden and The Axes
Courtesy of Ravan Records
Written by Leonard Cohen
Performed by Leonard Cohen
Courtesy of Columbia Records
Espero que estas canciones les gusten tanto como a mi.
Mayo
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